22 de marzo de 2013

Personalidades destacadas de Uruguay. Nibya Mariño


Matasellos primer día de emisión

Facsímil del programa que aparece
reproducido en la bandeleta del sello.
Arriba, a la derecha, se lee:
"Temporada Oficial 1933"



Diseño: Eduardo Salgado
Fotografías: en la bandeleta aparecen dos; una de ellas, en el programa de la Temporada Oficial 1933 del SODRE, cuando la pianista contaba con sólo 13 años de edad. Al lado se la ve en fotografía posterior. Puede verse que ambas fotografías están firmadas, pero no se dispone del nombre de los respectivos fotógrafos.

Nybia Mariño Bellini (Montevideo, 1920) es una pianista de música clásica uruguaya.

Comenzó su formación musical siendo muy pequeña con el maestro Guillermo Kolischer. Debutó a la edad de 6 años en el Teatro Colón, de Buenos Aires, interpretando el Concierto en La menor Op. 54 de Robert Schumann, bajo la dirección de Ernest Ansermet.

Viajó a París a perfeccionarse, interviniendo en varios certámenes, destacándose su actuación en Bruselas en el concurso Isaye, donde logró la primera clasificación y muy buenos elogios. A partir de ahí, Mariño comenzó una serie de conciertos por toda Europa, Latinoamérica y Estados Unidos.

Continuó estudiando en Estados Unidos con Claudio Arrau, considerado el mejor pianista del mundo. En este país grabó tres CD, dos de ellos con obras de Schumann y el otro con el Concierto para dos pianos de Poulenc, junto al uruguayo Enrique Graf y orquesta, bajo la dirección de David Stohl.

Se presentó en los más importantes teatros del mundo, tanto en Estados Unidos como en Europa. Formó un recordado dúo con Hugo Balzo. En 1994 recibió un premio de la OEA por su aporte a la comunidad artística de las Américas. A fines de marzo de 2009 se le rindió homenaje por sus 90 años de vida. El concierto, organizado por la Orquesta Sinfónica del SODRE con la dirección del maestro Piero Gamba, incluyó el Concierto para piano No. 4 Op. 58 de Ludwig van Beethoven.

Casada con Walter Pintos Surmani (hijo del arquitecto Walter Pintos Risso), es madre de Sergio Pintos Mariño.

Información tomada de Wikipedia.

21 de marzo de 2013

Mujeres notables


Matasellos Primer día de emisión

Diseño: Eduardo Salgado
Jorgelina Martínez: fotografía por Nancy Urrutia
María Viñas Sendic: fotografía cedida por Flia. Viñas.
Elena y "Tota" Quinteros: fotografía por Oscar Bonilla

Información publicada por el Correo Uruguayo con motivo del lanzamiento de esta emisión:

Jorgelina Martínez


La “Negra” Jorgelina como llegó se fue, dejándonos otro de los grandes vacíos que siempre dejan quienes han luchado por los trabajadores y por el mejor destino de todos los humanos.

Muchas veces desde la sombra, ocultándose con modestia para no sobresalir entre quienes iban en busca de idénticas metas, la entrañable “Negra” ponía su sello inconfundible en los quehaceres de todas las fuerzas populares.

Desde aquel hoy lejano 1954, cuando la vimos por primera vez llegar como delegada de su sección en la fábrica al local del Centro Obrero Alpargatas (COA), que habíamos fundado dos años antes, hasta su actual tarea en la Comisión de Disciplina del Frente Amplio, los aportes de la compañera Jorgelina Martínez - la muy querida “Negra”- fueron siempre contundentes.

Recuerdo que quienes estábamos al frente del flamante COA, ni bien la escuchamos exponer las inquietudes de las compañeras que representaba, no dudamos en que debía estar junto a nosotros en la dirección del sindicato, máxime cuando la muy necesaria presencia femenina era escasa. Y así fue casi de inmediato, porque bien pronto hubo estatutarias elecciones y Jorgelina pasó a integrar la dirección del COA.

Después vendría el gran desafío de unir a los trabajadores textiles, divididos en cinco sindicatos, esfuerzos que culminaron felizmente con la creación del COT en 1955 como organismo coordinador primero, y como sindicato de todo el gremio en 1964.

Participamos con ella y con Héctor Rodríguez, además de otros valiosos compañeros. Héctor - que no era lerdo ni perezoso- ni bien captó los quilates de la “Negra”, trató de que se le dieran mayores responsabilidades. En 1956 debutó a nivel internacional. Se recibió una invitación para una Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras que, organizada por la FSM y los sindicatos húngaros, tendría lugar en Budapest.

Aceptamos y designamos a las compañeras Delia Maldonado por la Unión Obrera Textil y Jorgelina Martínez por el Centro Obrero Alpargatas, ambas organizaciones integrantes de la Comisión Coordinadora del COT creada en noviembre de 1955.

Superamos el nada menor inconveniente de tener que pagar nosotros los pasajes, con una rifa que apenas dio para dos pasajes en barco, de tercera clase y sólo de ida. Pero allá salieron la “Negra” y Delia confiadas en que luego giraríamos para el regreso. No fue necesario, pero lo destacable fue la opinión que nos dieron al regreso respecto a lo visto y oído en Hungría. Señalaron el descontento de los trabajadores y el pueblo con la burocracia que los gobernaba, previniendo que algo grave sucedería. Y sucedió. Dos meses después los tanques rusos desembarcaron para reprimir en los hechos que ya conocemos.

En 1958 el compañero Raúl Cardona del COA, invitado al Congreso de la FSM, señaló en su discurso la mencionada opinión de Jorgelina, dejando estupefactos a delegados y observadores habituados a las unanimidades, cosa que corrió por las teletipos en todo el mundo. Sería muy largo desarrollar todos los episodios que protagonizó nuestra “Negra” como luchadora social. Por hoy me detuve en éste por su relevancia y por la útil advertencia que conlleva. Gracias “Negra” y hasta siempre.

“Una de las imprescindibles”

“Jorgelina Martínez integró el Centro Obrero de Alpargatas y fue fundadora del Congreso Obrero Textil. Fue una luchadora incansable, batalladora como pocas, su pérdida el pasado martes 22 de diciembre significa la partida -parafraseando a Brecht- de una de las imprescindibles, de esas que luchan toda la vida…

Fuimos compañeros de trabajo en la fábrica de Alpargatas, junto a otro querido dirigente, Ignacio Huguet. Recuerdo y reconozco en Jorgelina un pilar de la unidad de los sindicatos textiles y en la formación de la Convención Nacional de Trabajadores (CNT).

Ella participó en múltiples movilizaciones y protestas, luchó contra el sindicalismo amarillo que se gestó entre los años 1963 y 1969 en las fábricas textiles del país y será siempre un icono para la clase trabajadora de Uruguay y del mundo.

Jorgelina fue respetada y querida en un ambiente predominantemente masculino. La mujer trabajadora se vio altamente representada en ella y es necesario que su muerte no pase desapercibida, sobre todo para las próximas generaciones”. Antranic Adourian

Jorgelina Martínez fue una de las dirigentes históricas del movimiento sindical uruguayo y también de la izquierda y del Frente Amplio. Fue dirigente del Centro Obrero de Alpargatas, fundadora del Congreso Obrero Textil y de la CNT. Participó en 1965 del Congreso del Pueblo. Durante la dictadura fue perseguida pero junto a José D´Elia estuvo siempre al lado de la resistencia obrera.

Jorgelina, referente histórica de la lucha de las mujeres trabajadoras, fue también militante del Frente Amplio de toda la vida e integraba el Tribunal de Conducta Política. Al fallecer el pasado 22 de diciembre de 2009, a la edad de 83 años nos dejó su ejemplo de mujer trabajadora que luchó durante toda su vida por una sociedad más justa y solidaria.

María Viñas Sendic


Nació en Uruguay el 8 de Enero de 1943. Se graduó como Ingeniera Química en la Universidad de la República comenzando su actividad laboral desde muy joven, y en 1965 siendo aún estudiante y madre reciente inició su carrera docente en nuestra Universidad. En aquellos años, el área de la Ingeniería de Procesos sufría una fuerte transformación, dejando atrás los métodos de la antigua Química Industrial.

María se incorporó a la vanguardia de ese cambio, a la vez que crecían sus dos hijas pequeñas, abordando y resolviendo en el área de Ingeniería de Procesos problemáticas muy diversas, área en la que siguió avanzando durante toda su vida. Desde sus inicios como estudiante mostró un fuerte compromiso gremial. La década del 70 fue escenario de traumáticos acontecimientos fruto del régimen antidemocrático.

María, junto con la mayoría de docentes e investigadores se refugió en el extranjero mientras nuestra Universidad era vaciada de contenido y recursos de toda clase. Así, en 1975 emigró junto a sus hijas a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, donde como estudiante del Instituto Mendeleev obtuvo el título de Candidata en Ciencias Técnicas.

Posteriormente se radicó en Méjico donde trabajó en la Universidad Autónoma UNAM como Investigadora Asociada en el área de Ingeniería Ambiental, llevando a cabo estudios de tratamiento de aguas en campos geotérmicos. De la hospitalidad de esa nación María estaría profundamente agradecida, y fue así que nació un compromiso y un vínculo afectivo que nunca abandonó.

En 1985, María volvió a la Universidad de la República, dispuesta a construir lo que no existía, que por cierto eran muchas cosas. Encaró desde la ausencia de laboratorios
de investigación y de investigadores hasta la falta de las estructuras más elementales, paralelamente a la ausencia de una estructura gremial dentro de la Universidad, todo
lo cual había desaparecido en los años de intervención y había que construir.

Fue una persona como muy pocas, en la que se reunían los objetivos claros, con la inteligencia, la metodología y la perseverancia en sus metas, abordó esa tarea poniendo una dedicación y una capacidad de trabajo que la distinguieron siempre.
Fue fundamentalmente un motor, desde el punto de vista científico, docente de docentes y una gran directora de grupos de investigación.

Seleccionó con gran visión las temáticas a investigar, estableció múltiples vínculos con el sector productivo nacional, generando desarrollos conjuntos y transferencia de conocimientos. Despertó vocaciones, mostró con el ejemplo que las grandes empresas y que las grandes luchas son posibles ocultando a medias su profunda generosidad y sensibilidad, detrás de un espíritu emprendedor y gran capacidad de trabajo.

Fue también una luchadora social que puso su capacidad sobresaliente en el trabajo hacia la superación a través del Cogobierno Universitario y de su actividad gremial en la Asociación de Docentes de la Universidad de la República, ADUR, habiendo sido Secretaria General hasta el momento en que su salud se lo permitió María dejó de existir a los sesenta años de edad, el 2 de Marzo de 2003, dejando tras de sí una vida dedicada a seguir fielmente sus principios en todos los aspectos de su existencia, en lo personal, en lo político, en el campo científico, con claridad, con espíritu abierto, con
generosidad.

Sirvan estas líneas como homenaje a la memoria de quien fuera nuestra guía y visionaria, nuestra compañera fiel y sensible, en este andar incierto de la vida gremial, la investigación científica y de la vida cotidiana.
Salú querida María!

Publicación: Instituto Cuesta Duarte – PIT CNT. Fuente: La República

Elena Quinteros


Nació en Montevideo el 9 de setiembre de 1945. Su madre fue María del Carmen Lidia Almeida Buela (“Tota”) y su padre Roberto Luis Quinteros Pujadas. Cursó primaria en el colegio de las hermanas Dominicas. Profesó y practicó la religión católica hasta el comienzo de su actividad gremial. Comienza los estudios de magisterio en 1962. A edad de 21 años obtiene el título de maestra. Luego, cursó estudios de pedagogía de la educación en la Facultad de Humanidades.

Siendo muy joven se integra a la Federación Anarquista Uruguaya (FAU). Desde esa opción libertaria, realiza una activa militancia en la Resistencia Obrero Estudiantil (ROE). Fue una de las fundadoras, en 1975, del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP).

Como estudiante y luego como maestra tuvo una actividad sindical importante, en la Agrupación 3 de la Asociación de Estudiantes Magisteriales de Montevideo (AEMM) y en el gremio de la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM), integrante de la Convención Nacional de Trabajadores (CNT).

En abril de 1967, con 22 años, participa en la reanudación de las Misiones Sociopedagógicas en Capilla de Farruco en el departamento de Durazno.
Ya como maestra, comenzó a trabajar en una escuela 195 de la ciudad de Pando, en Canelones.

El 16 de noviembre de 1967 fue detenida, y es liberada a las pocas horas. El 22 de octubre de 1969, con 24 años, es nuevamente detenida, procesada y recluida en la cárcel de Cabildo. Luego que de dicho establecimiento carcelario se fugaran el 8 de marzo de 1970, 13 de las mujeres recluidas en dicho establecimiento, fue trasladada a Cárcel Central. A mediados del año 70 participa con las demás presas de Cárcel Central en una huelga de hambre y logran con ella el traslado nuevamente a la cárcel de Cabildo.

El 16 de octubre de 1970 fue liberada y vuelve a desempeñar sus tareas como maestra en la misma escuela en la que anteriormente había trabajado, donde es recibida con júbilo por niños y vecinos de la zona.

Recobrada la libertad, nuevamente va a vivir con su madre Tota Quinteros, en una casa de la calle Carreras Nacionales. En enero de 1971, se mudan a la calle Escalada 4101 en el Prado, cerca de Magisterio. Allí vivirá con su madre hasta 1973, cuando se casa y pasa a vivir con sus suegros.

El 26 de noviembre de 1972 es nuevamente detenida en averiguaciones. En esos años, desde el sindicato de FUNSA participa de las reuniones de familiares de presos políticos que preparaban los paquetes de comestibles que después se llevaban a las cárceles.

El golpe de Estado del 27 de junio de 1973 sumerge a Elena en la organización de la resistencia que se manifiesta en la huelga general. Posteriormente trabaja en la reorganización clandestina del activo militante que permanece aún en el país. Luego participará en un largo proceso de conformación del PVP, lo que la obliga a desplazarse asiduamente entre Uruguay y Argentina.

El 5 de mayo de 1975, en el marco de un nuevo embate represivo contra su organización política, Elena es requerida por la dictadura y se traslada a Buenos Aires.
El 24 de junio de 1975 es destituida por la dictadura de su cargo como maestra. En los primeros meses del 76 regresa en forma clandestina a Montevideo. Bajo otra identidad, vive en un apartamento en la calle Massini 3044, hasta su detención.

Elena fue secuestrada por la dictadura uruguaya el 26 de junio de 1976, cuando aún no había cumplido 31 años. El 28 de junio con la excusa de conducir a sus captores a la detención de un compañero suyo, se hace llevar a las inmediaciones de la embajada de Venezuela, donde solicita asilo y es sacada a la fuerza por sus captores. Es conducida al Batallón de Infantería Nº 13, donde es torturada y posteriormente ejecutada. Venezuela a raíz de su secuestro de los jardines de la embajada, rompe relaciones diplomáticas con Uruguay hasta el 1º de marzo de 1985. Elena continúa hasta hoy desaparecida. Su madre Tota Quinteros, el 8 de octubre de 1976 abandona la Argentina bajo la protección de Naciones Unidas y se refugia en Suecia. A partir de allí, hasta su muerte en enero del 2001 desarrollara una intensa búsqueda de su hija.

Publicado por: Raúl Olivera en Trabajo & Utopía – Setiembre 2008

17 de marzo de 2013

Homenaje a Harald Edelstam 1913-1989

Matasellos primer día de emisión


Diseño: Gabriel Casas
Artista plástico: Mary Porto Casas

La autora del retrato de Edelstam es afrodescendiente.

Información del sitio web del Correo Uruguayo:

Gustaf Harald Edelstam (1913-1989) fue un diplomático sueco de destacada gestión en la defensa de los Derechos Humanos, durante la Segunda Guerra Mundial y ante la dictadura que gobernó Chile en la década de 1970, cuando salvó de la prisión, tortura y muerte a cientos de personas, entre ellos más de 40 uruguayos.
Harald Edelstam, de padre sueco vinculado a la Casa Real y madre inglesa, estudió derecho y desde joven se vinculó al servicio diplomático de Suecia. En noviembre de 1939 tuvo su primer cargo en el exterior, como attaché de la embajada sueca en Roma, cuando Italia ya estaba bajo el poder de Mussolini y la guerra se insinuaba sobre Europa. ˜Al comenzar las persecuciones contra los pocos ingleses y franceses que quedaban en la ciudad, tuve la alegría de esconder a varios de ellos˜, contó el diplomático en una carta escrita en 1974.
La noche anterior a la invasión de Dinamarca y Noruega por parte de los nazis, el matrimonio Edelstam se encontraba cenando en casa del attaché militar alemán, general Mackernsen. ˜En realidad todos los diplomáticos nórdicos habían sido invitados por distintos diplomáticos del eje la noche del 8 de abril, sin saber que ambos países serían invadidos esa misma noche. Al final de la cena mi esposa recibió de regalo un pájaro de porcelana fina. Cuando supimos la horrible noticia al día siguiente, el regalo fue enviado sin comentarios a su anterior dueño˜, relató Edelstam.
En el otoño de 1940 regresó a Estocolmo donde nació Claes, su hijo mayor. Un año después, fue enviado a la embajada de Berlín. Personalmente tomó una clara posición antinazi y cuando comenzaron las persecuciones a los judíos, si bien no se brindó asilo oficialmente, Edelstam escondía perseguidos en su casa, a pesar del alto riesgo que implicaba la presencia de la Gestapo en todas partes.
Las críticas de Edelstam hacia la delegación sueca en Berlín determinaron su traslado a Oslo a donde llegó como funcionario del consulado: La embajada había sido cerrada cuando el rey de Noruega se trasladó a Londres. Allí obtuvo su sobrenombre de ˜clavel negro˜ -posiblemente por sus actitudes, fuera de lo común en la diplomacia, por la ayuda prestada al movimiento de resistencia noruego, muchas veces transportando perseguidos en su pequeño auto o consiguiendo diversos apoyos en Suecia-.
Si bien Suecia era neutral en la guerra, Edelstam demandaba del gobierno una actitud más activa contra Alemania. Una de las acciones más comentadas durante el período en Oslo fue la liberación de las manos de la Gestapo de un grupo de estudiantes noruegos. Estos se habían refugiado en una iglesia sueca, que estaba rodeada de soldados alemanes. Edelstam llegó al lugar y comenzó a negociar con el comandante Bauer, hasta que lo persuadió para que dejaran salir en libertad a los niños y los ancianos, pero disfrazados también sacó a los estudiantes.
Su actividad muy comprometida con la resistencia determinó que el gobierno noruego en el exilio, ante el temor de que fuera detenido por la Gestapo, solicitara su cambio a las autoridades suecas. Este pedido, sumado a sus críticas al ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia, llevó a su traslado a Estocolmo en 1944, donde se le asignaron tareas menores en la Cancillería y recibió amonestaciones administrativas.
Después de la desocupación de Noruega, Harald fue condecorado con la Orden Saint Olav, algo poco común para un vice cónsul. Un grupo de personalidades y dirigentes noruegos solicitaron al gobierno de Suecia que le otorgara un puesto en la embajada de Oslo, que no se concretó.
Su actuación contra el poder nazi durante estos años más estos hechos posteriores tuvieron resonancia en Suecia y contribuyeron a que fuera designado secretario particular del ministro de Relaciones Exteriores, Osten Udén, cargo que mantuvo hasta 1948. En el período post guerra (1949) fue enviado a Holanda como primer secretario de la embajada. En 1952 fue trasladado a Varsovia donde ocurrían fuertes enfrentamientos sociales. Llamado a Estocolmo en 1953, volvió a Varsovia en diciembre de 1956, como refuerzo durante ese período turbulento.
Edelstam no era un reconocido analista de política exterior. Intuición humana, compasión, corazonadas, fueron las fuerzas motrices de su actividad diplomática. A menudo actuaba espontánea y temperamentalmente, a veces sin instrucciones, a veces contra las instrucciones de sus cautelosos superiores. En febrero de 1974, durante una conferencia, comentaba su opinión sobre el rol de la diplomacia: ˜Los libros de instrucciones de los diplomáticos están escritos para las condiciones normales, en las crisis se debe usar el sentido común y obedecer la voz del corazón˜. A menudo recibió críticas por su supuesto proceder inocente, no profesional y hasta ˜dañino para los intereses suecos˜. Pero ˜al final del día˜ hay que constatar que sus valoraciones intuitivas llevaron más a lo correcto que quienes opinaban que era más seguro estar callado, de acuerdo y con perfil bajo.
A mediados de 1950 estableció contactos con Olof Palme, cuando éste era secretario privado del primer ministro Tage Erlander. Durante estos años en Suecia, le fue ofrecido en varias ocasiones a Edelstam un puesto en la casa real que no aceptó, semejante al que había tenido su padre años atrás. En 1959 llegó a Viena con su esposa para desempeñarse como consejero de la embajada, un puesto importante en una Austria que había sido neutral pero se había desprendido de la ocupación de los aliados recién en 1955. El trabajo comprendía no solo cuidar las relaciones bilaterales sino también acompañar las conferencias diplomáticas, los encuentros entre líderes políticos del este y del oeste, así como las negociaciones globales que se realizaban en Viena. Fueron cuatro años de fuerte presión sobre el consejero de la embajada.
Después de Viena tuvo su primer puesto como jefe en el consulado general en Estambul. En 1966 fue nombrado embajador de Yakarta, Indonesia. Recibió la tarea de abrir una misión también en Manila, teniendo en cuenta los crecientes intereses comerciales de Suecia en Filipinas. En los meses posteriores a su llegada, las diferencias políticas del país se transformaron en sangrientos enfrentamientos. En una entrevista para un diario en 1974, Harald recordaba ˜se mataron entre quinientas mil y un millón de personas. También ahí hubo personas que vinieron a mí en busca de refugio, en particular dirigentes sindicales. Pude ayudarlos un cierto tiempo, después tuvieron que esconderse˜.
En 1969 fue enviado desde el sur de Asia a América Central, con Guatemala como país estacionario. Países muy distintos en lo cultural pero con las mismas grandes diferencias entre ricos y pobres. Guatemala estaba al igual que Indonesia caracterizada por la violencia, grupos militares y paramilitares asesinaban opositores políticos. El gobierno ofreció guardias personales a todos los diplomáticos en el país, pero Edelstam no lo aceptó, por entender que se podía interpretar como una toma de posición en un asunto interno. Optó en cambio por entregar a la guerrilla una edición en español de impresos presentando la política socialdemócrata y del movimiento obrero sueco.
Después de Guatemala fue enviado a Chile, donde llegó como embajador en 1972 en el marco de fuertes tensiones en el país. El gobierno sueco apoyaba el trabajo de reformas de Salvador Allende y dio un apoyo significativo a través de su agencia de cooperación internacional. En su primer encuentro con el presidente le preguntó que era lo más importante que había logrado su gobierno en los dos años transcurridos: ˜que cada niño chileno recibe medio litro de leche por día˜ respondió Allende, y agregó que ahí veía una posibilidad de cooperación sueca, se necesitaba una leche especialmente rica en proteínas para los niños. La cooperación en ese período se dirigió entonces a completar el equipamiento agrícola necesario, que se envió desde Suecia en el crucero Gota Lejon, donado luego a la marina chilena.
Edelstam estableció amistad con el poeta y premio Nobel de literatura, Pablo Neruda. El diplomático fue sorprendido por el golpe militar el 11 de setiembre. Declaró al autor del libro ˜The Murder of Chile˜, Samuel Chavkin, ˜Yo apenas podía creerlo, solo diez días antes había almorzado con Allende y hablado de la creciente crisis económica y política. A pesar de que muchos sabían que la derecha estaba de vuelta en todo tipo de conspiraciones para derrocar al gobierno, Allende creía que había suficientes generales dentro de los militares que no permitirían que esto sucediera˜.
El embajador había conocido a altos militares que integrarían luego la Junta Militar, incluso al jefe del ejército, Augusto Pinochet. Se benefició de esos acercamientos cuando más tarde ,con mucha energía y decisión, inició su trabajo humanitario para salvar gente de la tortura y la muerte. Por pedido del embajador de Cuba en Chile, y con una alta cuota de riesgo por el odio mostrado por los golpistas hacia ese país, asumió la protección de la vida de los diplomáticos cubanos, que expulsados por la Junta Militar debieron abandonar el país en 24 horas. Terminó, en el nombre del gobierno de Suecia, encargándose de todos los intereses cubanos en Chile.
En un informe interno de 1975 escribía: ˜El 12 de setiembre a las 23 horas, 149 cubanos estaban prontos para dirigirse al aeropuerto con ómnibus alquilados donde los esperaba un avión ruso de Aeroflot con prohibición de despegue hasta ese momento. Me quedé hasta que el último ómnibus pasó la puerta de la embajada, bajé la bandera cubana y levanté la sueca. Algunas semanas después alojamos cientos de refugiados en ese local que luego recibieron salvoconductos para viajar a Suecia˜.
Los golpistas tomaron sin preocupación la ruptura de las relaciones diplomáticas con los Estados del este, pero hicieron esfuerzos por mantener contactos ˜normales˜ con Suecia y otros países del oeste que se expresaban críticos al golpe y sus atropellos masivos. La tarea de protección de las prioridades cubanas multiplicó los problemas de la embajada sueca con las autoridades chilenas, ya que en el edificio de la embajada había entre otros uno de los opositores más buscados por la Junta Militar. Por otro lado las posibilidades operativas aumentaron al tener acceso a una cantidad de casas y autos que bajo la conducción de Edelstam rápidamente eran provistas de banderas suecas.
En esas semanas desplegó con enorme decisión y valentía toda su experiencia anterior en la Noruega ocupada por los nazis, conduciendo personalmente en su vehículo a perseguidos hacia refugios, habilitando a otros a hacerlo, negociando, discutiendo por salvoconductos, presionando, visitando directamente campos de detenciones masivas, coordinando con organizaciones internacionales y alguna otra misión diplomática, sin llegar ninguna otra a tener un papel tan comprometido y eficiente. Cuando las relaciones con la Junta eran particularmente tensas y Edelstam juzgaba que la embajada no era suficientemente segura para el refugio, llevaba perseguidos a algunos colegas latinoamericanos que estaban mejor equipados diplomática y logísticamente para recibirlos.
Fue un héroe en el sentido de que personalmente y en un entorno de terror y muerte -las aplicaciones de toda la fuerza militar de un Estado contra la población civil desarmada- salvó cientos de personas de la cárcel, la tortura y en algunos casos seguramente la muerte. Fue conocido a nivel internacional por su valiente actitud cuando iba casi a diario al Estadio Nacional de Chile para salvar de destino incierto, peleando con los jefes militares y negociando con distintos actores locales e internacionales, entre otros a algo más de medio centenar de uruguayos detenidos.
Edelstam tomó desde el inicio el liderazgo en los esfuerzos diplomáticos para obligar a una barbarie que no reconocía ningún derecho humano, a respetar el derecho de asilo y no se volcó a criticar al comisionado de los refugiados de Naciones Unidas cuando le pareció que éste no exigía a la Junta Militar la aplicación de los derechos de la convención. A través de un hábil manejo con los representantes de la prensa internacional, con los colegas diplomáticos y las autoridades de Suecia, resultó en esos meses una especie de factor de poder en Santiago que la Junta no podía eliminar fácilmente.
Al principio la Junta y su cancillería advirtieron y presionaron a Edelstam para que retomara lo que consideraban una ˜actividad diplomática normal˜, lo cual era infructuoso para una persona con su carácter. También los esfuerzos indirectos para reemplazarlo a través de la cancillería sueca fallaron, debido al masivo apoyo que tenía en su país. Finalmente se inició una amplia campaña de prensa contra él y la embajada sueca, acompañada de cartas de amenazas y otros manejos oscuros. No era de ninguna manera seguro estar en su lugar, incluso teniendo en cuenta la inmunidad diplomática.
La campaña terminó en una declaración formal por parte de la Junta, de persona non grata. La expulsión significaba el fin de casi tres meses de febril y riesgosa actividad diplomática durante 24 horas del día. Edelstam dejó el país en la cúspide de una reputación mucho más amplia que los límites de Chile y Suecia. Al arribar a Suecia fue recibido como un héroe por cientos de refugiados latinoamericanos, algunos de los cuales había salvado semanas o días antes, otros simpatizantes, prensa y televisión. Resultó una figura pública, lo cual caracterizó su actividad los meses siguientes en los que fue un destacado conferencista sobre la situación en Chile. Realizó cientos de conferencias, estuvo en encuentros en plazas y escuelas, no solo en Suecia sino también en Estados Unidos y Canadá.
Su último puesto fue como embajador en Argelia, donde permaneció hasta jubilarse en 1979. También ahí Harald atravesó tempestades. Cuando el primer ministro Olof Palme se reunió en Argelia con el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser Arafat, los sectores políticos opositores lo culparon de haber organizado el encuentro.
A fines de los ochenta Edelstam enfermó de cáncer. Falleció en abril de 1989.
Fuente: Página Web IMM

En homenaje a Harald Edelstam, una rambla de Montevideo lleva su nombre desde el año 2005

16 de marzo de 2013

Centenario de la Aviación Militar Uruguaya

Matasellos primer día de emisión


Diseño: Daniel Pereyra

Motivos:
En el sello aparece una fotografía del aeroplano Henri Farman.
En la hojita que lo enmarca aparecen los retratos del aviador Marcel Paillette y de Cesáreo L. Berisso; debajo la fotografía que muestra a Paillette sobrevolando el hangar de la Escuela de Aviación Militar en Los Cerrillos, Canelones.
Las fotografías fueron cedidas por la Fuerza Aérea Uruguaya.

El 17 de marzo de 1913, con una muy sencilla ceremonia y con la lectura de la Orden General Nº 1155 del Estado Mayor del Ejército, emanada por el Ministerio de Guerra y Marina, se dio por inaugurada la Escuela de Aviación Militar en Los Cerrillos, Canelones. Esto marcó el puntapié inicial en la historia aeronáutica del Uruguay, por el cual se comenzaron las primeras actividades aéreas.

El entonces presidente de la República, José Batlle y Ordóñez, autorizó y contrató al aviador francés Marcel Paillette, fundador e instructor de la Escuela de Aviación Militar de El Palomar, en Buenos Aires, para que emulara en Uruguay lo realizado en la capital argentina.

Para solucionar rápidamente todos los requerimientos de Paillette en lo inherente a la Escuela, el Ministro de Guerra y Marina propuso como Campo de Aviación, algún sitio adecuado que el aviador encontrara en la Estancia Santo Domingo, en las cercanías de Los Cerrillos, dpto. De Canelones, que venía siendo ofrecido al Estado en venta y que fue adquirido como campo de maniobras para el Ejército.

Por sugerencia del aviador Paillette se resuelve la adquisición de un avión biplano tipo Henry Farman, con motor rotativo de 50 HP, que se bautizó con el nombre de “El Aguila” y de un monoplano tipo Bleriot, también con motor de 50 HP, ambos construidos en Buenos Aires por el técnico de los Talleres Farman, de nacionalidad chilena radicado en esa ciudad, Edmundo Marichal.

Paralelamente a todos estos preparativos, se hizo un llamado en el mes de febrero, por parte del Estado Mayor del Ejército para que se anotaran los oficiales que quisieran seguir el curso de aviación, al que acudieron diez jóvenes oficiales, que debían presentarse en el campo de aviación, con su encargado y a las órdenes del Capitán de Fragata José Carrasco Galeano.

Es así, que con estos sencillos eventos, se sentaron las bases para un comienzo práctico de la Aviación Nacional y de lo que es hoy, la Fuerza Aérea Uruguaya.

Entre los primeros alumnos de la Escuela se contaron el Tte. 1º Juan Manuel Boiso Lanza y el Alf. Césareo L. Berisso. Éste último protagonizó el primer vuelo, despegando de la Escuela en "audaz escapada" el 15 de junio de 1913. La "escapada" se debe a que el contrato de Paillette estaba a punto de concluir y los alumnos todavía no habían levantado vuelo. Berisso sale en el avión Farman, finalizando su vuelo en la playa de Malvín.

(Tomado de ModoCharlie, donde se puede leer más detalles de este centenario).






8 de marzo de 2013

Serie permanente: derechos de los trabajadores rurales (2)

Diseño: Alejandro Muntz

Motivo de los sellos:
$ 30.- "Arriero". Es curiosa la elección de esta palabra para designar al trabajador que acompaña el tránsito de tropas de ganado. Arriero es la palabra común en Argentina, popularizada por la canción de Atahualpa Yupanqui "El arriero". Sin embargo, en Uruguay la palabra usada es "tropero". El tropero o "arriero" aparece a caballo, al fondo. En primer plano, ganado de raza Hereford o "Pampa", muy común en Uruguay.
$ 50.- Tambera. El sello muestra una mujer ordeñando. A su izquierda, tres tarros de leche. Por el pelo, la vaca que está siendo ordeñada es de raza Holando-uruguaya, el más común ganado lechero en Uruguay. El dibujante ubica la escena en el campo, pero el "tambo" es un lugar cerrado, acondicionado para el ordeñe.